Casi cuatro de cada diez adolescentes y adultos jóvenes (38%) informaron síntomas de depresión moderada a grave en 2020, en comparación con el 25% en 2018. A menudo asumimos que las redes sociales solo amplifican el problema, pero la verdad es más complicada.
Los adolescentes pueden utilizar las redes sociales e Internet para encontrar información, consejos o apoyo sobre salud mental. Pero los adolescentes con problemas de salud mental pueden correr el riesgo de tener comportamientos poco saludables en línea.
Para las muchas familias que enfrentan problemas de salud mental, hay ayuda disponible. Considere los siguientes consejos para ayudar a su hijo a equilibrar los riesgos y las recompensas de las redes sociales.
Hable con sus hijos sobre los lugares en los que se sienten apoyados en línea.
Los niños que se sienten seguros, apoyados, aceptados y comprendidos son más capaces de superar los momentos difíciles. Pregunte qué les gusta de determinadas plataformas y sitios. ¿Qué tiene la comunidad que les da un sentido de pertenencia? Pregúnteles a quién siguen en las redes sociales y qué les gusta de ellos. Muestre interés en sus vidas en línea y trate de no juzgar.
Pregúnteles si alguna vez ven cosas en línea que los hagan sentir inseguros.
¿Ven alguna vez comentarios racistas, discursos de odio, acoso sexual o intimidación? ¿Cómo responden? Guíelos a través de los pasos que pueden tomar. Pueden ignorar a la persona, tomar capturas de pantalla como prueba, bloquear a la persona en la plataforma e informarlo a un adulto. Dígales que siempre pueden acudir a usted cuando algo les moleste.
Piénselo dos veces antes de quitarle el teléfono.
Antes de apagar el teléfono o la tableta como consecuencia de su comportamiento, piense si está usando el dispositivo para hacer frente a problemas de salud mental. El mundo en línea, a pesar de sus fallas, puede ayudar a los niños a mantenerse conectados con amigos, encontrar una comunidad de apoyo y obtener información de salud confiable. Si aún necesita quitarle el dispositivo, asegúrese de que tenga acceso a recursos alternativos.
Preste mucha atención a las redes sociales si su hijo ya tiene dificultades sin conexión.
Esté atento a las señales de advertencia de problemas de salud mental. Estos pueden incluir abuso de drogas/alcohol, pérdida de energía, tristeza frecuente o evitar el contacto con los demás. Cree un acuerdo de medios familiar. Esto puede ayudarte a establecer expectativas sobre lo que hacen en línea y cuánto acceso tienes a sus cuentas de redes sociales, y guiar sus decisiones cuando no estás presente. Los controles parentales pueden ayudarte a administrar lo que hacen cuando no estás presente.